Inicialmente, Claudia* no había pedido dinero a cambio de su hija adolescente cuando esta decidió casarse. Pero al verla tan delgada y desmejorada poco después de la boda, pensó que “venderla” haría que el marido de la joven y su familia con quienes vive “la valoraran más”. Aunque esta negociación suele hacerse antes de la boda y no después, Claudia habló entonces con los padres de su yerno y recibió de ellos 100.000 pesos mexicanos (unos US$6.000).
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