De Kristinn Hrafnsson, ahora mismo él número uno de WikiLeaks, hasta ver que pasa con Julian Assange, se puede decir todo lo contrario, mira a los ojos cuando estrecha la mano y lo hace con vigor. No sabemos si este dato le interesará a Clinton, habituada como está a pedir informes de más nivel como el color del iris de los ojos, el ADN y las huellas dactilares, el apunte sobre la diferencia formal entre nuestro Pepiño y la nueva cara visible de WikiLeaks le parecerá poca cosa a la jefa de la diplomacia americana. Pero informe sobre el nuevo ho
|
etiquetas: kristinn , hrafnsson