Argumentar que esa legítima protesta es incompatible con la campaña electoral porque “la petición de voto responsable puede afectar a la campaña electoral” no sólo es de una torpeza increíble que va a dar aún más volumen a la indignación. Es también un insulto a los ciudadanos, un atropello contra el derecho constitucional a la participación política y a la manifestación. ¿Cuál es el papel que se espera de los madrileños durante estas dos semanas de “fiesta de la democracia”? ¿Agitar las banderitas en los mítines? ¿Callar y votar?
|
etiquetas: junta electoral , prohibicion