Julio César pisó dos veces el suelo de Hispania. La primera en el 69 antes de Cristo, como cuestor, una especie de gran administrador de la Hispania Ulterior, y la segunda poco después, en el 61 a. C. y ya como propretor, el magistrado que dirigía la provincia bajo el mando del cónsul de Roma. Pero a César no le salían las cuentas en su meteórica carrera política y optó entonces por buscar la guerra para llenar sus vacías arcas. Los belicosos lusitanos, que ocupaban el oeste de la Península, se convertirían en su objetivo.
|
etiquetas: julio , césar , madrid