Una mujer tuvo que soportar durante mucho tiempo amenazas de muerte e insultos tales como “amargada”, “loca” o “gorda”. Finalmente y ante esta situación ésta denunció los hechos en el juzgado. Posteriormente el juzgado archivó la causa ya que según su titular lo sucedido, amenazas e insultos incluidos, se podrían calificar como simples “expresiones groseras y maleducadas” que por sí solas no pueden desencadenar una respuesta penal”. La víctima ha recurrido la sentencia.
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