Un niño, vestido de negro y ataviado con un pañuelo que le cubre la cabeza y la cara, empieza a despedirse uno por uno de sus amigos, algunos apenas superan los cinco años. Les da un abrazo y después se encamina hacia otro sitio donde le espera otro chico vestido de blanco que le prohíbe el paso. Parece actuar como un guardia de seguridad. El supuesto atacante de negro se para y, en unos segundos, se lanza hacia el niño de blanco y otros chavales.
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