La inteligencia artificial consume mucha energía y, a medida que las empresas se apresuren a hacerla más grande, más inteligente y más compleja, su sed de electricidad aumentará aún más. Esto plantea un problema espinoso para una industria que se presenta como una poderosa herramienta para salvar el planeta: una enorme huella de carbono.
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Si la utilizan a plena capacidad se reducirá la población lo suficiente como para poder alimentar a las IA solo con renovables.
Hace 20 ó 30 años decían lo mismo.
Los robots estaban en esa situacion, hasta que se descurbieron los transformers que han supuesto la llegada de la IA, y han despejado el camino a tener robots a corto-medio plazo.
En fin, en el fondo no deja de ser la carrera armamentística de la Nueva Guerra Fría del siglo XXI entre Estados Unidos y China, la IA. Bajo este último prisma se entiende un poco mejor ciertas decisiones de vetos tecnológicos, acuerdos de OpenAI con el Pentágono, la aceleración "sinteista" hacia la AGI y la carrera por chips exponencialmente cada vez más avanzados.
De verdad, que cansinos son estos de openAI