El Tribunal del Distrito de Jerusalén condenó el 4 de febrero a cadena perpetua a un israelí de 17 años y a su cómplice de 16 a una pena de 21 años de prisión por el secuestro y asesinato de un menor palestino que tuvo lugar el 2 de julio de 2014. El tribunal aún no ha emitido la sentencia para el principal acusado del caso, de 31 años, al que declaró culpable, pero no pudo condenar porque sus abogados presentaron en el último momento un informe que alegaba problemas psiquiátricos y que aún se está examinando.
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