¿Por qué no hay elefantes del tamaño de hormigas, ni hormigas del tamaño de elefantes? ¿Por qué los perros más pequeños caminan más rápido que los grandes, o por qué el corazón de las criaturas más menudas late más rápido que el de las más voluminosas? Este tipo de preguntas tienen una explicación: la física impone unos límites a los animales. «Lo más importante es que hemos descubierto que la misma función de crecimiento se aplica a todos los seres vivos» explicó el investigador Ian Hatton.
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