Una investigación anticorrupción en el ejército iraquí reveló que hay 50.000 nombres ficticios en nómina. Conocidos como soldados fantasma, o nunca existieron o dejaron de prestar servicio, pero sus salarios han seguido pagándose. El primer ministro emitió un comunicado en el que dijo que deben dejar de efectuarse esos pagos. Corresponsales en Irak informan que la corrupción en el ejército explica en parte su incapacidad para derrotar en el campo de batalla a Estado Islámico.
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