Interior ha decidido concentrar en una sola cárcel de reciente construcción, Puerto de Santa María III, a varios de los presos más «duros» de ETA cuando se detectan claros síntomas de desánimo en el colectivo de reclusos de la banda tras la ruptura del alto el fuego. Se trata de que estos individuos no puedan influir en el resto de los internos. No es un cambio de estrategia, sino de la continuidad de la política de dispersión y, en la medida de lo posible, que los presos que deseen «reflexionar» sobre su futuro lo puedan hacer sin presiones
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