Esta técnica consiste en el uso de insectos que actúan como depredadores naturales de otros insectos o ácaros que son nocivos para el crecimiento de los cultivos. De esta forma, reducen el riesgo de que proliferen de manera descontrolada y afecten a la productividad de una cosecha. “Por ejemplo, para combatir el pulgón, que es una de las más comunes, se pueden usar avispas parasitoides, sírfidos (moscas con aspecto de avispa) o mariquitas”.
|
etiquetas: agricultura , plagas , insectos , pesticidas