Miles de trabajadores británicos fueron a Dubai atraídos por los bajos impuestos y altos salarios. Allí, compraron a crédito coches de lujo y demás bienes. Debido a la crisis, los que se quedan sin trabajo y no pueden pagar el crédito, se van del país, y dejan el coche abandonado en el aeropuerto con las llaves puestas y las tarjetas de crédito a la vista. Dejar de pagar un crédito está penado con la cárcel en Dubai.
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