No hace mucho paseábamos por la calle y Terrícola quiso subir a uno de estos coches que hay delante las tiendas, los típicos a los que se les pone 1 euro, se mueven y suena música. Él siempre se sube pero yo jamás he puesto ni una moneda y apenas sabe que funcionan porqué, aunque parezca un milagro, nunca ha coincidido viendo uno en acción. Pues bien, justo este día viene otro niño y se sube a su lado.
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