Entre todos los períodos coge los más favorables para su discurso, sin relación con las circunstancias. Para empezar, porque excluye las mediciones de los meses en los que Madrid Central multaba. Y segundo, y más importante, porque la lluvia es fundamental para difuminar los efectos del NO2. Almeida está comparando un semestre en el que se juntaron tres de los meses con más precipitaciones de los años recientes y 2019, el tercer año más seco de la última década madrileña.
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