El caso de Pérez es el de centenares de hosteleros que se enfrentan a la escasez de trabajadores. El problema lo llevan arrastrando desde el inicio del verano con la remisión paulatina de la pandemia. La economía se reactiva pero no hay quién la ponga en marcha, a pesar de haber 3,4 millones de parados. Junto a su sector, el del transporte y la construcción son los más afectados. Nadie quiere ser albañil o camionero. Tampoco camarero. Tras su experiencia intentando contratar, Pérez señala que no hay “ambición” ni “ganas de trabajar”.
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