El caso se inició con diversas denuncias de vecinos del mismo edificio damnificados por los olores nauseabundos generados por la acumulación de gatos y la falta de higiene, además de la falta de cuidado respecto de los animales. Lo que más llamó la atención de los agentes fue que durante la inspección se halló en el interior del congelador un recipiente plástico que contenía cuerpos de gatos congelados listos para ser cocinados, como así también una olla con restos de los animales que se encontraban en estado de putrefacción.
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