En medio de los horrores de la Primera Guerra Mundial, los cañones de gran calibre de la guerra de artillería, con su poder para atomizar órganos en fragmentos irrecuperables, junto con la lluvia mortal de metralla, estaban cambiando Europa para siempre, mientras se cobraba la vida de 8 millones de sus combatientes e hiriendo a otros 21 millones más. Dentro de ese terrible escenario, un cuerpo de artistas y escultores trajo la esperanza para los soldados desfigurados en las trincheras...
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