Cada día Parmar se acerca al Roath Lake para alimentar a las aves y estas se han vuelto muy apegadas a él y a su horario. Llueva o nieve, el hombre nunca falla.
Sin embargo, un día se retrasó y provocó que las impacientes aves comenzaran a buscarlo por todas partes. Cuando vieron que por fin llegaba al final de la calle, los animales no dudaron en cruzar para recibirlo.
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