Es un signo de los tiempos que uno de los pocos acuerdos alcanzados por unanimidad en el Congreso haya sido el que permite desplazar al 5 de abril el pleno que debía iniciarse el 29 de marzo. Cuando la soberanía popular es capaz de despejar un período de casi 21 días -prácticamente tres semanas- en las que no será necesaria su presencia, estamos, sin duda, ante una democracia muy consolidada.
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