Cierto día que Diógenes vio a una mujer postrada ante los dioses en actitud ridícula y, queriendo liberarla de su superstición, se acercó y le dijo: ”¿No temes, buena mujer, que el Dios esté detrás de ti (pues todo está lleno de su presencia) y tu postura resulte entonces irreverente?”. Platón había definido al hombre como animal bípedo implume, y su definición obtuvo gran fama. Diógenes desplumó un gallo y lo introdujo en la escuela, diciendo: “Este es el hombre de Platón”. A consecuencia de ello se añadió a la definición: “Con uñas anchas”
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