Todo empezó en 2018 en el colegio Camilo Castelo Branco de Famalicão, distrito de Braga, donde unos padres, los Mesquita Guimarães, se negaron a que sus hijos Thiago y Rafael cursaran la asignatura Ciudadanía y Desarrollo. Se trata de una materia centrada en la formación moral y cívica de los alumnos, con enfoques feministas y énfasis en la educación sexual, y los padres alegaron que eso debe enseñarse en casa y de acuerdo a los valores de cada familia. Debido a su objeción de conciencia, los padres y la escuela entablaron un diálogo, y finalme
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