Miguel Etchecolatz colecciona varias condenas a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad. Pese a ello, hoy es un hombre casi libre. A sus 88 años, el excomisario de la policía bonaerense, responsable de una veintena de centros clandestinos de detención durante la última dictadura argentina (1976-1983), disfruta del verano austral en su casa de Mar del Plata gracias a una reciente y polémica resolución judicial que le ha otorgado prisión domiciliaria por problemas de salud.
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