Tengo treinta años y ninguna expectativa de tener hijos. Mi vida hasta ahora ha sido estudiar a tope en la licenciatura, pedir becas, obtener el doctorado, ir a congresos, pasar horas frente al ordenador, publicar trabajos que nadie lee. Pero también ha sido hacer teatro, viajar, acostarme tarde, levantarme tarde, conocer a un montón de gente, escribir, leer, leer muchísimo.
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