Ramón, el hermano de Tamara, la mujer que supuestamente mató su marido hace dos años al arrojarla en marcha desde una furgoneta en la A-66 en Cáceres, ha asegurado este miércoles que la joven "vivía en un infierno". Preguntado por uno de los abogados por qué en ese momento no denunció los hechos en comisaría, Ramón ha esgrimido que no lo hicieron porque "en las familias gitanas nunca había pasado esto" y que según las leyes gitanas, está mal visto denunciar. Aunque a continuación ha reconocido que "tenían que haberlo hecho".
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