Estamos en Marruecos, en la provincia de Larache. Mires por donde mires: fresas. —¿Te gusta comer fresas? —Me gustan. Esta pregunta suelo hacerla a menudo a mis amigas que siguen en la fresa y siempre contestan que las detestan, que no pueden llevarse una fresa a la boca sin sentir dolor, asco. Yo he dejado de comprarlas. Cuando voy al mercado miro las fresas y pienso: estas son las fresas que provocan tanto sufrimiento.
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