El gran Pujol, que no era molt honorable sino todo lo contrario, ha hecho más por desvanecer el sueño soberanista de Artur Mas (en un minuto, lo que se tarda en leer un comunicado) que todas las apelaciones de Rajoy al cumplimiento de la ley y todas las aportaciones al concurso de ideas sobre el definitivo encaje de Cataluña en España.
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