Una mujer de 61 años, trasplantada de hígado hace meses y debilitada por una colonoscopia del día anterior, que ha acudido este sábado a acompañar a su pareja al servicio de urgencias de la Bola Azul, en la capital, ha tenido que esperar a las afueras del centro "aproximadamente media hora", de pie, con una temperatura de 32 grados y sin una triste silla en la que sentarse, al ser ‘expulsada’ por el encargado de recibir a los pacientes, a pesar de que la sala de espera “estaba vacía”. “Y ahora váyase a la calle”. Esta ha sido la orden brusca.
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