El 22 de Julio el TGV procedente de Francia que debía enlazar con el AVE de Figueras-Vilafan retrasó 45 min, por lo que unas 200 personas no pudieron cogerlo. Fuentes de Renfe asumen que se tomó la decisión de permitir el acceso a éstas "para no dejarles tirados". Así, el colapso en el interior del tren ha sido importante cuando las personas que tenían billete se han encontrado sus plazas ocupadas y han tenido que viajar de pie o sentados en el suelo hasta Barcelona.
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