Se puso el chaleco reflectante y se echó a correr hacia unas fincas próximas a la carretera. "No voy a estar esperando por nadie para hacer la prueba de alcoholemia", dijo a la Guardia Civil para justificarse. Mientras los agentes, estupefactos, pensaban qué hacer, el acusado pretendió ocultarse entre unos matorrales. Como la presa que trata de desembarazarse de su depredador, el individuo se hizo el muerto. La Audiencia Provincial de Ourense acaba de comunicar una condena firme a 1.440 euros de multa, 7 meses de prisión...
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