Son típicas y, sobre todo, muy cinematográficas las arengas de los adalides antes de entrar en batalla para enardecer los ánimos de los combatientes. Como en el enfrentamiento entre Boudica, la reina de los icenos, y Cayo Suetonio Paulo, gobernador romano de Britania, en el año 61. "Nada está a salvo de la arrogancia y del orgullo romano. Destruirán lo sagrado y desflorarán a nuestras vírgenes. Ganar la batalla o perecer, tal es mi decisión de mujer: allá los hombres si quieren vivir y ser esclavos."
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