Ciudadanos, organizaciones sociales y campesinas de Guatemala se unieron en una respuesta inédita y exigieron la renuncia del Presidente del país, Jimmy Morales, y de los 107 diputados del Congreso a los que se acusa de corruptos o, al menos, de complicidad con los corruptos. Ahora, el movimiento ciudadano ha logrado algo inédito: que restaurantes, hoteles, tiendas e incluso barberías pongan anuncios en los que prohiben el acceso a los diputados y a cualquier político señalado por corrupción.
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