La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) era el chiringuito de Ángel María Villar. La decena de líneas de investigación que contiene la resolución con la que el juez Santiago Pedraz lo envió ayer a prisión junto a su hijo Gorka reflejan sus tejemanejes para ganar elecciones, conformar su junta directiva, manejar los fondos del organismo sin dar explicaciones a nadie y contratar y favorecer a familiares y amiguetes.
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