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El Gran Gatsby. Las lágrimas de Fitgerald (crítica)

Es posible que Luhrmann sea muy bueno realizando videoclips, pero en lo relativo a hacer películas su perpetua obsesión por la sucesión desenfrenada de fotogramas vacíos consiguen lastrarlas hasta ser nada. Quizá en el campo del videoarte tenga mucho sentido todo lo que propone, pero en una novela tan bien estructurada sus propuestas quedan desencajadas en la artificiosidad. Cuando decide dejar de jugar a ser creador de videoarte, la película toma su pulso. Por desgracia, sólo dura pequeños instantes y el film regresa al tedio ya conocido.

| etiquetas: gatsby , crítica , dicaprio , adaptación

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