Cuando el bar está lleno de gente, entra volando para dejar a todos estupefactos. El pajarito, sin embargo, está la mar de tranquilo. Se posa encima del mostrador y espera a que los dueños del establecimiento le den comida, sobre todo, pan, "aunque también le gusta el queso de sandwich", dice Liliana. "Y, si le ofreces azúcar, él mismo agarra el sobre con su pico y lo sacude para que caiga todo el contenido sobre la mesa. Luego se pone a picotear grano a grano, aunque nos dijeron que no se lo diéramos porque le podría hacer daño.
|
etiquetas: gorrión , cafetería , santiago