"Nuestro problema no es que los malvados tiburones de Goldman Sachs quieran hundirnos. Nuestro problema es que cualquier inversor razonable echa un vistazo a España y se echa a temblar, algo que abre la oportunidad a los tiburones a apostar que la gente va a salir por piernas, especulando en nuestra contra. Eso no es porque anden por el mundo diciendo cosas malas sobre nuestro pequeño terruño; realmente las noticias que estamos dando son patéticas."
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