Sin casa, sin trabajo, sin pensión... sin miedo”. Lo coreaban los cinco mil jóvenes que hace unos días se manifestaron en Madrid para expresar una rabia contenida que, aún no sabemos cómo, acabará por explotar. No son ni-ni, ni mucho menos. Al contrario. Acumulan títulos universitarios y estancias en el extranjero, pero no llegan a mileuristas, y eso cuando logran un empleo. M. Dolores García
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