Demasiadas promesas en demasiados despachos. Sonríe, no hagas ruido. Aléjate, véndela, todo irá bien. No hay plató, editorial, financiación, ayuda o tertulia a favor que valga vender a tu gente. Vendiéndola ganan los fascistas que la insultaron frente a su casa durante meses. Con sus hijos dentro. No se puede frenar a la derecha y a la ultraderecha de verdad, siendo una izquierda de mentira. No se puede votar a quien no dice nada para no molestar a nadie. No se puede votar vetando. No se puede sumar, restando.
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