Con un cociente intelectual de 160,60 y sólo 12 años compartía mesa con Javier Sardá en un programa tremendamente adulto, políticamente incorrecto, irreverente y muchas veces subido de tono. No se sentía valorado, porque a su alrededor los niños no se sentían interesado por las cosas que a él le apasionaban. Javier Sardá cambió eso en su vida. Fue considerado el egiptólogo más joven de Europa, en 1998 fue invitado por el gobierno de Egipto a estudiar árabe en el Instituto Egipcio de Estudios Islámicos. (Incluye entrevista sorpresa con Sardà)
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