Cuando Tony Blair, nada más llegar al poder en 1997, ofreció la autonomía a Escocia y al País de Gales, jamás pudo imaginar que veintitrés años después, como consecuencia de una pandemia, las fronteras invisibles del territorio británico se convertirían en reales, y que las policías galesa y escocesa vigilarían que no entrasen coches procedentes de Inglaterra en sus territorios.
|
etiquetas: frontera , gales , escocia , covid , turistas , ingleses