Marco Aurelio estudió para filósofo pero acabó convertido en emperador romano. Durante su gobierno, trató de mostrarse humilde y permaneció vigilante frente a la adulación y se propuso no exagerar ninguno de sus rasgos para no convertirse en un tirano. Sin duda, cualquier ciudadano del siglo XXI agradecería la aparición de algún político que de su talla intelectual y bondad; pero lo cierto es que la preparación de Marco Aurelio no se correspondió con la energía necesaria para enfrentarse a los desafíos que afrontaba el imperio.
|
etiquetas: marco aurelio , imperio romano , filosofía , cristianismo , roma