Es verdad que el planeta vive una situación de emergencia que nos ha llevado a un escenario catastrófico; es necesario tomar medidas drásticas que no admiten demora. Pero, hay que ser conscientes de dos cosas y obrar en consecuencia. La primera es que los verdaderos responsables de los excesos han sido las oligarquías y las elites empresariales. La segunda es que aceptar esa premisa significa que las políticas que se apliquen deben estar presididas por un criterio de solidaridad. Ni rastro de estas premisas en el discurso de Macron.
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