La cultura europea y estadounidense está despidiendo en masa al ruso Valery Gergiev de sus instituciones. El gran maestro de la dirección orquestal, director del teatro del Mariinsky de San Petersburgo y gran amigo de Vladímir Putin ha sido expulsado en una semana de La Scala de Milán, de los festivales suizos de Verbier y Lucerna, del Carnegie Hall de Nueva York y la Filarmónica de Viena. Y hoy son las Filarmónicas de Munich, de la cual hasta ahora era el director titular, y la de Rotterdam, que incluso celebraba el Festival Gergiev
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