Sretko Kalinic, «La Bestia», se lo contó a la Policía serbia en 2010: «Los Tigres de Arkan» habían sacado la trituradora de carne humana no solo en su país de origen; también en Madrid, un año antes. Lo habían descuartizado, desollado, triturado, cocinado, se lo habían comido para almorzar, y arrojado las sobras al río Manzanares. En mitad del ritual se hicieron una máscara con la piel de la víctima. Relacionada:
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