Tan fácil como levantarse, darle a un interruptor, ducharnos y preparar el desayuno. Con estas pocas palabras se describe la rutina matutina de millones de personas en todo el mundo, una rutina realmente sencilla gracias a las comodidades de nuestros hogares. Sin embargo, la factura energética de gestos tan cotidianos es realmente sorprendente.Aunque las comparaciones son odiosas, la organización canadiense SaveOnEnergy, ha comparado el gasto de cada uno de esos gestos rutinarios con la energía necesaria para subir tramos de escaleras.
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