De nada le sirvió a Kylie Hudson estar seis años ahorrando los 4.800 euros que costaba la operación de aumento de pecho. Pocas semanas después de la operación, se puso por primera vez un bikini y sus implantes reventaron. Hudson, una mujer de Bridlington, Reino Unido, que tiene 27 años y tres hijos, estaba saliendo de la bañera cuando vio horrorizada frente al espejo cómo le explotaban sus pechos y quedaban solo colgajos de piel. Tuvo que ser operada para eliminar los restos de los implantes y fue necesario darle hasta 310 puntos de sutura.
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