La hipótesis de Alexander era que las drogas no causan adicción, y que la aparente adicción a las drogas opiáceas observada en las ratas de laboratorio, era atribuible a sus condiciones de vida, y no a ninguna propiedad adictiva de la droga en sí misma. [..] experimentos previos en los que las ratas eran aisladas en estrechas jaulas de metal, atadas a un aparato de auto-inyección, sólo demuestran que "los animales severamente angustiados, igual que las personas severamente angustiadas, aliviarán sus angutias farmacológicamente si pueden".
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