Experimento realizado en 1971, en el que un grupo de voluntarios, especialmente elegidos por su estabilidad emocional, se repartieron los roles de presos y carceleros, encerrándoseles en una cárcel durante 14 días para estudiar su comportamiento. Al poco de comenzar se detectaron conductas extremadamente vejatorias por parte de los carceleros y los presos sufrieron una fuerte pérdida de autoestima, suspendiéndose el experimento a los seis días. Años después, los participantes aún sufrían secuelas siquicas. Sigue en el primer comentario.
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