Pudo haberse quedado en una simple discusión de restaurante, pero en el momento en que la hija del director de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) de México, decidió involucrar la oficina de su padre porque no le dieron una mesa con rapidez, un asunto privado se volvió público.Efectivamente, poco después de que la airada joven se fuera, al lugar llegaron varios inspectores de Profeco quienes sellaron el restaurante por supuestas irregularidades.
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