El 2 de marzo de 2017, la prostituta colombiana Evelyn Rochel se atrincheraba en la habitación 113 del mayor prostíbulo de Madrid: la Sala Flowers. La empresa la quería echar por incumplir unas normas. El despido tenía carácter de desahucio porque ella vivía en el burdel. Tras muchos problemas, Evelyn se acabó marchando escoltada por la policía. Pero denunció a la empresa para que se reconociese su relación laboral. Aseguraba que estaba viviendo en un régimen de esclavitud. Ahora, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid le ha dado la razón.
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